Paradojas temporales



Después de haber estado un tiempo sin escribir en el blog, aquí vuelvo. ¿Me echabais de menos? Seguro que sí. Pues uno de tantos días de ausencia tuve una súbita inspiración... (o quizá un periodo transitorio de enajenación mental).

Para explicar la paradoja temporal que se me ocurrió, vamos a suponer que tengo un profesor de ética que se hace llamar Dr. Moriarty, y que este me enseña a mi los conceptos básicos de la lógica. Luego, después de mucho tiempo y arduo estudio, me convierto en una gran autoridad de la física gracias a la lógica que me enseñó. Tras muchas vivencias, vaya, que casualidad, me invitan a ser el primero a probar una máquina del tiempo para retroceder hasta la antigua Grecia. Estando allí, sabiendo aquí que nadie duda de que soy un hombre que tiene tan gran corazón que no le cabe en el pecho, le enseñé a un buen hombre que allí conocí la misma lógica que a mi me ayudó tanto para que pudiera sobrevivir y ganarse el sustento, ya que no parecía tener demasiadas cosas que comer.

Pero resultó que este hombre que a mí me pareció bueno y de condición humilde, se convirtió en un malvado y afilado filósofo de perversa mente, que decidió difundir la lógica por todo el mundo, a pesar de mis advertencias. Así, años más tarde, el Dr. Moriarty, aprendió de las enseñanzas que este filósofo había dejado al mundo, y luego, me las enseñó a mi.

¿Es posible que pueda existir tal lógica?
(Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)

The evil island


Hay una pequeña isla en el mar Mediterráneo que no aparece en ningún mapa. No se puede ver desde ninguna otra isla, ni ningún continente puede verse desde ella. En esta isla hay un faro, envejecido por la edad y el agua, que nunca se enciende. No hay nada dentro, excepto una escalera de caracol que lleva a la parte superior, y una antigua y polvorienta estantería.

La estantería esta llena con libros sin ninguna identificación, forrados con piel antigua, cada uno ocupando un solo espacio. Si coges un libro de la estantería, se dejará caer abierto en tus manos, las palabras inscritas en el empezarán a gritar en el aire. Deberás luchar con el libro y devolverlo a la estantería, o el malvado inmortal contenido en sus páginas será liberado, y ocuparás su lugar, en páginas y tinta, creadas de tu propia carne y sangre.

Sin embargo, si llevas el libro correcto a la isla, y lo colocas en el espacio vacío de la estantería, el faro se encenderá. Cuando esté encendido, el mundo será un paraíso sin fin, todo el mal del mundo será encerrado en el faro. Y cuando esta encendido, nada puede entrar o salir.

El único problema es que tu serás encarcelado por la eternidad con toda la maldad conocida o concebida, por hombre o dios. Y la única salida, es apagar la luz.

Si a una buena persona le ocurre esto:

Los demonios seguirán ligados al faro por la eternidad, en una tortura interminable etc. Lo que esto significa que, eventualmente, la locura se establecerá, y los demonios se apoderaran de su cerebro, haciéndole apagar las llamas, su sacrificio será en vano.

Si a una persona “malvada” le ocurre esto:

Apagará la luz inmediatamente, haciendo que los demonios se apoderen del mundo, y eso es todo.





Totalmente traducido por mi del inglés. :D Quizá necesite un repaso de mejor interpretación y adecuación...

Farador D&D

¡Ultra necroreposting! He recuperado esto por ahí, y no puede faltar en mi colección de vídeos del blog. Igual lo reconocéis y todo si lo visteis en su versión anterior.




The Robber's Cave Experiment (El experimento de la cueva de los ladrones)


The Robber's Cave Experiment (en castellano, el Experimento de la Cueva de los Ladrones) es el título de un famoso estudio de psicología social realizado en el año 1954 por Muzafer y Carolyn Sherif donde se estudia el origen del prejuicio en los grupos sociales. Esta investigación se produjo en un amplio espacio propiedad de los Boy Scouts que se hallaba completamente rodeado por el Parque Estatal Cueva de los Ladrones (Robber's Cave State Park) en el Estado de Oklahoma

Descripción del Experimento

Durante el estudio, Sherif fue presentado como portero del campo. El equipo del estudio observó a un grupo de 22 adolescentes varones de 11 años de edad con similar experiencia de vida. Ellos fueron trasladados al lugar por buses en dos grupos de once personas. Ninguno de los grupos sabía de la existencia del otro. Los muchachos fueron asignados en dos áreas bastante lejanas entre sí, de manera que durante los primeros días la presencia de los 'otros' fue ignorada. Los Sherifs habían cortado, al grado que pudieron, vínculos de amistad preexistentes al interior de cada grupo de modo que la identificación de cada muchacho con su nuevo grupo pudiera suceder más rápidamente. Consultados por el nombre que darían a su grupo, unos escogieron "The Rattlers", los otros "The Eagles". Luego de entre dos y tres días, los dos grupos desarrollaron espontáneamente jerarquías sociales internas.

El experimento fue dividido en tres fases:

  1. Formación de grupos, descrito líneas arriba.
  2. Fricciones, incluyó los primeros contactos entre los grupos, competencias deportivas, etc.
  3. Integración (disminución de fricciones).

Ninguno de los muchachos se conocía previamente al experimento, pero la hostilidad entre grupos fue observada rápidamente. Las actividades de la segunda fase se ejecutaron según lo planeado pero la comprobación de su éxito fue temprano. La hostilidad entre los grupos se incrementó al punto en que el equipo del estudio concluyó las actividades de producción de fricción debido a su inseguridad. La segunda fase se concluyó e inició la tercera.

Para disminuir la fricción y promover la unidad entre the Rattlers y the Eagles , Sherif ideó e introdujo tareas que requirieron la cooperación entre ambos grupos. Estas tareas se refieren en el estudio como "objetivos super-ordinados". Una meta super-ordinada es un deseo, un desafío, un lío o un peligro que ambas partes en un conflicto necesitan resolver, y que no puede resolver ninguno de los dos grupos por sí solo. Los retos propuestos por los Sherif incluían un problema de escasez de agua, un camión de campo atascado que necesita de mucha fuerza para ser devuelto al campo, y hallar una película para ser proyectada. Estas y otras colaboraciones necesarias causaron que disminuya el comportamiento hostil. Los grupos se entrelazaron al punto que al final del experimento los muchachos insistieron en volver a casa todos en el mismo autobus.

Implicaciones

Este estudio muestra la facilidad con la que puede conformarse hostilidad entre grupos y al interior de los mismos y es uno de los más citados en la historia de la psicología social.

Los resultados experimentales de Muzafer Sherif, en parte atemorizantes y en parte esperanzadores, muestran cómo los seres humanos son susceptibles al comportamiento hostil del grupo (hostile troop behavior, en inglés), lo cual ha sido observado en chimpancés y otros primates, y además cómo las relaciones intragrupales se constituyen con suma facilidad. Por el contrario, la fase tres evidencia la capacidad humana de conceptuar y de discutir metas super-ordenadas, de suspender hostilidades, y de trabajar en equipo para alcanzar esas metas. Fuera del contexto artifical de los experimentos se ha hallado evidencia de este principio, por ejemplo en los procedimientos de la Comisión de la verdad y de la Reconciliación de Sudáfrica que siguieron al final del apartheid en ese país. La influencia de las metas super-ordenadas para reducir la fricción y promover la integración entre personas también se observa cuando luego de desastres, terremotos y tsunamis, incluso de catástrofes artificiales (como los ataques del 11 de septiembre de 2001), las personas ponen en práctica su solidaridad y contribuyen organizadamente a solucionar o mitigar los problemas generados.

Cuando una meta super-ordenada se organiza alrededor de un ataque inminente, el fenómeno se conoce como "efecto del enemigo común" (common enemy effect, en inglés), el cual es visto comúnmente en historias ficticias como la película Día de la Independencia, donde todas las hostilidades y agravios entre naciones enemigas son dejadas de lado cuando una fuerza superior alienígena invade la tierra.

Desafortunadamente, el "efecto del enemigo común" también tiene una larga historia como herramienta para motivar a que las personas apoyen una causa política. Comúnmente, un líder "produce" un enemigo común, una amenaza para todos, con la finalidad de llevar temas a la agenda pública y movilizar a los ciudadanos bajo una causa común. Esta herramienta política de bajo costo puede contribuir sustancialmente a fortalecer y ampliar la base política de un líder. Es a menudo el primer paso para alcanzar un gran objetivo estratégico. El uso de Adolf Hitler de los judíos (que partía del anti-semitismo preexistente de Europa) es el ejemplo más evidente. Hoy en día, es prácticamente un cliché encontrar a demagogos invocando o fabricando situaciones temibles, incluso atrocidades, para convocar y unificar a las personas bajo su liderazgo. En la historia reciente, los medios de comunicación (radio, televisión) difunden la voz de un líder tan ampliamente y con tal repetición que la mayor parte de ciudadanos se convencen de que la eventual amenaza o enemigo son verdaderos.


De Wikipedia.

Cadenas


A todo aquello le faltaba algo. Estaba sentado en su silla, en su escritorio, con un folio intacto y un bolígrafo roído, que cogía con su mano entumecida por el frío. Miró el cachivache que marcaba la hora y hacia las veces de termómetro y pisapapeles, marcaba 12º C, sin embargo, y aunque tenía un calefactor cerca, no veía el motivo por el cual debía conseguir una temperatura más agradable.


Se sentó bien en la silla y otra vez quedó paralizado mirando el papel en blanco, intentó pensar que debía escribirle, en vano, pues, todo lo que se le ocurría parecían no ser muy buenas ideas en el fondo, lo que le llevó a divagar, consultó varios libros que tenia delante buscando la inspiración que necesitaba y la información sobre que debía escribir. Nada, aquello que buscaba no estaba en ningún lugar físico de su escritorio.


Volvió al mundo de su mente, que ese día parecía ir de una confusión a otra, y no sacaba más de dos frases coherentes juntas. Le embargaba una sensación extraña sobre sus percepciones: la realidad que percibía se desvanecía, mientras que todo aquello que imaginaba parecía tener más fuerza de lo que pasaba y muchas veces, para desgracia, había comprobado que los sucesos que ocurrían en la realidad eran insustanciales y que no provocaban lo mismo en él que cuando las imaginaba. Le habían pasado muchas cosas, que, según él pensaba, otros habrían recordado por ser momentos supuestamente especiales, pero a él se le olvidaban fácilmente o las evocaba como lo hacía con el resto de sucesos que no tendrían importancia para los demás.


Miró el reloj, habían pasado dos horas. Tenía que hacer los deberes, pero los libros pesaban más que de costumbre. Muy a su pesar, acabó haciéndolos, aunque estaba convencido de que esos ejercicios no le habían ayudado mucho a saber más cosas. Su madre entró a husmear para ver que hacía y dijo ciertas cosas que oyó pero no escuchó, estaba ya acostumbrado a aquellas intromisiones, dijo que se largara de forma automática y luego fue a cerrarle la puerta en las narices. Intentó dormir sin pensar demasiado, era ya medianoche.


Se despertó por el sonido del despertador, un sonido que le hacía temer de verdad, le sacudía todo el cuerpo y le intranquilizaba. Encendió la luz torpemente afectado por este sonido y por el shock que le causaba la realidad. Sabía lo que iba a hacer, no sabía por qué lo hacia. Pausó el despertador para que sonara cinco minutos más tarde, y la secuencia se repitió dos veces más. Como todos los días.


Buscó su ropa, la encontró en el mismo lugar que siempre, se cambió y se arregló, y salió a la calle, con la misma exactitud que todos los días. Luego, sucedería exactamente lo mismo que todos los días, siguiendo una secuencia infinita que no se acabaría nunca en su vida. Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo, lunes, martes miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo, lunes, martes miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo, lunes, martes miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo. Los meses, los trimestres, los periodos vacacionales, los años, los lustros, las décadas, los siglos, los milenios. Seguramente su despertador seguiría sonando por mucho tiempo que pasara.


¿Era de utilidad su vida? Conocía una forma de poder dormir sin que despertador alguno volviera a molestarlo, de ser eterno, no pocas veces había considerado esa opción, viendo el paso de los días y que nada cambiaba ni había indicios de que fuera a cambiar. ¿A qué esperaba? Sabía que no le atrapaba, se había probado que podía salir del bucle de la vida que le dieron cuando quisiera, a riesgo de parecer un loco, de modo que eso no era un problema ni el motivo de su espera.


No lo sabía. Suspiró. El sol ya se ponía, pronto iría a dormir, el despertador volvería a sonar.

¿Qué hora es?

I - IV

Entró y, por lo visto, ya le esperaban. Cuando entró todo el mundo dirigió su mirada sobre él, cosa que encontró hilarante, pero reprimió su risa, todos le miraban con caras serias, que devolvió una a una. Hasta que no hubo mirado a todos los presentes a la cara, no dio un paso más. Después de esa tarea tan agotadora, subió donde supuso que debía dar el discurso, la verdad es que no lo sabía, no sabía cómo se hacían esas cosas, pero le pareció el lugar mas obvio, con un micrófono y esa elevación que lo hacían parecer un lugar para un ser superior como él. Entonces, sin prestar demasiada atención al resto de detalles que ahí acontecían, tan grandes e interesantes detalles como que la suegra del tal Alfredo sufría de grandes dolores de espalda según había contado el propio Alfredo, empezó su discurso. Acabó casi simultáneamente al comienzo del mismo. Dejó a todos con los ojos como platos, platos con espirales rosas que según él podrían haber caído rodando de sus caras y chocar contra el suelo con un leve sonido de ruptura, o eso le pareció. Bien, ya no se rebelarían. Como empezaba a estar un poco cansado de estar tanto tiempo de pie, pues, se sentó en el suelo que pisaba. Todos los soldados, de mayor o inferior rango, tenían en mente una cosa, que no se habían enterado de qué había dicho ese tipo. Esa confusión no tardó en aparecer en sus caras, cosa que no tardó en apreciar, hizo una mueca y pensó que quizá se había excedido en su discurso, así que empezó a pensar una mejor forma de expresión. Bajó el micrófono hasta la altura de su boca, pues no veía la necesidad de ponerse en pie de nuevo, y pronunció, con su a veces aterciopelada y preciosa voz, otras veces voz de ogro, unas palabras que venían a significar que se necesitaban más recursos en el laboratorio, ya sabéis que recursos, vio en la mayoría de caras que aquello ya se esperaba, luego dijo que necesitaba unas vacaciones.

No lo creían, se negaban a creerlo, todos vocearon que no las necesitaba, alguien por el fondo dijo que las tenía bien merecidas, dado su horrible trabajo, que lo estaba volviendo loco, él supuso que la mayoría querría amenazarlo de muerte directamente, pero no se atrevían. El hombre que más contaba era la general, que según apreció él, ella apreciaba que él apreciaba que ella apreciaba que estaba apreciando sus apreciaciones, así que apreció que debía dejarla apreciar a gusto. Todo aquello era tan simple, dentro de poco ella se levantaría y le daría el permiso. Cuando él volviera, tendría una nueva legión de recursos de laboratorio, ya sabéis que recursos, no le necesitaban mientras tanto por allí, molestaría a las tropas. Tal que así sucedió.

Hora después ya volaba en dirección a su, hogar, casa, lugar de descanso… lo que demonios fuera eso. Lo que era seguro es que debía ser obra del demonio, la mayoría que había visto aquel sitio pensó eso en algún momento.

Plan 9 del espacio exterior



[es]
Plan 9 del espacio exterior (Plan 9 from outer space) se considera una de las peores películas jamás filmadas. Dio fama a su director Ed Wood como el peor director de cine. Actualmente se considera una película de culto por sus innumerables errores en los efectos especiales, guión y personajes. Entre los actores resalta la participación de Bela Lugosi, en el ocaso de su carrera.

[en]
The plot of the film is focused on a race of extraterrestrial beings who are seeking to stop humans from creating a doomsday weapon that would destroy the universe. In the course of doing so, the aliens implement "Plan 9", a scheme to resurrect earth's dead as zombies to get the planet's attention, causing chaos.

De Wikipedia. De momento, creo que es la mejor película que he visto nunca, en serio. Aunque, para muchos, quizá sea un cine muy hardcore, ya que está en inglés y la trama es... difícil de entender, y no todo el mundo aprecia igual que yo sus fantásticos efectos especiales, que están tan bien logrados. También será suficiente influencia que está en blanco y negro, algunos parecen tener ciertos prejuicios a esto. La recomiendo, además, es gratis. Aviso que el vídeo de abajo es la película entera, de 1h 28 min 21 sec, ya que es propiedad del dominio público.




EDIT: 10/2/2008 Por cierto, he encontrado la película subtitulada, pero es un elink. Aquí.

A new morning has come - Rajio no kohemi - Gantz



Un nuevo día esta empezando ya
La radio suena sin cesar
Y mi corazón late sin parar,
cuánta vida va a estallar,
mira el gran cielo azul,
míralo y ya verás,
cuántas nubes y estrellas vamos a contar
Uno, Dos, tres.
----
Atarashii asa ga hita
kibou no asa ga
yorohobi ni mune wo hiroge
aosora aoge
rajio no koe ni
sugoyaha na mune wo
kono haoru haze ni hiraheyo
sore: ichi,ni,san


Por mí mismo. La serie, gantz. La musiquita es una canción popular de la posguerra en Japón.

Doppleherz

Corto de Marilyn Manson dedicado a su gata, Lily.

Parte 1



Parte 2



Parte 3



Parte 4

¿Qué hora es?

I-III
Abandonó la estancia del horno y se dirigió, con su acostumbrado paso firme y ligero, al patio. Producía un ruido pesado, un tintineo de metal dentro de su chaqueta, generado por los innumerables cachivaches que portaba en su interior. La sala de la que salía estaba en el sótano, pero un sótano seco, sin humedad, ardiente y quieto, iluminado pobremente por alguna solitaria luz auxiliar. A pesar de todas esas idóneas condiciones, los insectos no aparecían por esquina alguna, aunque sí se acumulaba una gran cantidad de polvo sobre el suelo, polvo que levantaba el vuelo al andar sobre él, junto con las tristes luces, producía un efecto que a él le agradaba. Se movió por los rectos y paralelos pasillos hasta la salida, pasando por otras tantas puertas numeradas. Unas pobres escaleras oxidadas daban paso al exterior, el sótano solo era un agujero en el suelo, o al menos, el nivel 1. Fuera del sótano, quedabas encerrado en una valla, dentro de esta, otro edificio, a unos 100 metros de las escaleras por las que acababa de subir. Un edificio prácticamente cúbico, si no fuera por el tejado. Todas las ventanas eran iguales, todas desprendían la misma amarillenta, vieja y cansada luz. La estructura, al igual que el sótano, era de hormigón. Le entraron ganas de reír al verse a la luz de la luna y de las ventanas, solo, en aquel lugar, y simplemente, rió. Le parecía que la luna se iba a caer, no podría explicar porque. Maldijo todo a su alrededor y siguió, no podía parar más tiempo, ya había perdido el suficiente, no podía llegar más tarde, o sus soldados pedirían explicaciones, que no tenía y no pensaba dar, tal como estaban las cosas, eso podría resultar en su destitución, algo que no iba a permitir tampoco. Fue inventando alguna verdad alternativa mientras se dirigía a la entrada de dos puertas del edificio que formaban un cuadrado.De camino, algún guardia de alguna torre decidió enfocarlo con la luz para cerciorarse de que no era quien no debía ser, cosa que le molestó inmensamente, pero lo dejó pasar. La luz lo desenfocó rápidamente, pues el guardia debió reconocerle.

Por fin, entró. Un grupo de soldados que esperaban, con su traje de gala, en la puerta de la sala a la que debía entrar, murmuraban algo sobre la suegra de un tal Alfredo, pero al verle cesaron de inmediato de hablar y se pusieron firmes, los tres temían acabar en las plantas inferiores del sótano. Corrían rumores muy extraños sobre lo que hacían ahí los científicos, todo el que bajaba de castigo ahí, no se volvía a ver. Y algunos que no lo hacían como forma de castigo, también. Llegó hasta la puerta que era su objetivo y comprobó que su pelo estaba peinado de la forma que debía. Dentro le aguardaban para dar un discurso. Puso la mano enguantada en el pomo y abrió.


*Nota: los capítulos han de ser mejor ordenados, debido a ciertas incoherencias coherentes que le parecieron buena idea al autor en su momento.*

Lo que la tortuga le dijo a Aquiles

Aquiles había alcanzado a la tortuga y se había sentado cómodamente sobre su caparazón.

"¿De modo que ha llegado usted al final de nuestra carrera?" dijo la Tortuga. "¿Aún cuando consistía en una serie infinita de distancias? ¿Pensó que algún sabihondo había probado que la cuestión no podía ser realizada?"

"Sí puede ser realizada", dijo Aquiles. "¡Ella ha sido realizada! Solivitur ambulando. Usted ve, las distancias fueron disminuyendo constantemente y asi..."

"¿Pero si hubieran ido aumentando," interrumpió la tortuga, "entonces qué?"

"Entonces yo no debería estar aquí", replicó modestamente Aquiles; "y a estas alturas usted hubiera dado ya varias vueltas al mundo."

"Me aclama - aplana, quiero decir", dijo la Tortuga; "pues usted sí que es un peso pesado, ¡sin duda! Ahora bien, ¿le gustaría oir acerca de una carrera en la que la mayoría de la gente cree poder llegar con dos o tres pasos al final y que realmente consiste en un número infinito de distancias, cada una más larga que la distancia anterior?".

"¡Me encantaría, de veras!" dijo el guerrero griego mientras sacaba de su casco (pocos guerreros griegos poseían bolsillos en aquellos días) una enorme libreta de apuntes y un lápiz. "¡Empiece, y hable lentamente, por favor! ¡La taquigrafia aún no ha sido inventada!"

"¡El hermoso Primer Teorema de Euclides!", murmuró como en sueños la tortuga. "¿Admira usted a Euclides?"

"¡Apasionadamente! ¡Al menos, tanto como uno puede admirar un tratado que no será publicado hasta dentro de algunos siglos más!"

"Bien, en ese caso tomemos solo una pequeña parte del argumento de ese Primer Teorema: sólo dos pasos y la conclusión extraída de ellos. Tenga la bondad de registrarlos en su libreta. Y, a fin de referirnos a ellos convenientemente, llamémoslos A, B y Z.

(A) Dos cosas que son iguales a una tercera son iguales entre sí.

(B) Los dos lados de este triángulo son iguales a un tercero.

(Z) Los dos lados de este triángulo son iguales entre sí.

Los lectores de Euclides admitirán, supongo, que Z se sigue lógicamente de A y B, de modo que quien acepte A y B como verdaderas debe aceptar Z como verdadera, ¿no?"

"¡Sin duda! Hasta el más joven de los alumnos de una Escuela Superior -tan pronto como se inventen las Escuelas Superiores, cosa que no sucederá hasta dentro de dos mil años- admitirán eso."

"Y si algún lector no ha aceptado A y B como verdaderas, supongo que aún podría aceptar la secuencia como valida."

"Sin duda que podría existir un lector así. El podría decir 'Acepto como verdadera la Proposición Hipotética de que si A y B son verdaderas, Z debe ser verdadera, pero no acepto A y B como verdaderas'. Un lector así procedería sabiamente abandonando a Euclides y dedicándose al fútbol."

"¿Y no podría haber tambien algún lector que pudiera decir 'Acepto A y B como verdaderas, pero no acepto la Hipotética'?"

"Ciertamente podría haberlo. El, también, mejor se hubiera dedicado al fútbol."

"¿Y ninguno de estos lectores", continuó la Tortuga, "tiene hasta ahora alguna necesidad lógica de aceptar Z como verdadera?"

"Así es", asintió Aquiles.

"Ahora bien, quiero que Ud. me considere a mí como un lector del segundo tipo y que me fuerce, lógicamente, a aceptar Z como verdadera."

"Una Tortuga jugando al fútbol sería..." comenzó Aquiles.

"... Una anomalía, por supuesto", interrumpió airadamente la Tortuga. "¡No se desvíe del tema, Primero Z y después el fútbol!"

"¿Debo forzarlo a aceptar Z, o no?" preguntó Aquiles pensativamente. "Y su posición actual es que acepta A y B pero NO acepta la Hipotética..."

"Llamémosla C", dijo la tortuga; "pero no acepta que:

(C) Si A y B son verdaderas, Z debe ser verdadera."

"Esa es mi posición actual", dijo la Tortuga.

"Entonces debo pedirle que acepte C."

"Lo hará así", dijo la Tortuga, "tan pronto como lo haya registrado en su libreta de Apuntes. ¿Qué más tiene anotado?"

"¡Sólo unos pocos apuntes" dijo Aquiles agitando nerviosamente las hojas; "unos pocos apuntes de las batallas en las que me he distinguido!"

"¡Veo que hay un montón de hojas en blanco!" observó jovialmente la Tortuga. "¡Las necesitaremos todas!" (Aquiles se estremeció) "Ahora escriba mientras dicto:

(A) Dos cosas que son iguales a una tercera son iguales entre sí.

(B) Los dos lados de este triángulo son iguales a un tercero.

(C) Si A y B son verdaderas, Z debe ser verdadera.

(Z) Los dos lados de este triángulo son iguales entre sí."

"Debería llamarla D, no Z", dijo Aquiles. "Viene después de las otras tres. Si acepta A y B y C, debe aceptar Z."

"¿Y por qué debo?"

"Porque se desprende lógicamente de ellas. Si A y B y C son verdaderas, Z debe ser verdadera. No puede discutir eso, me imagino."

"Si A y B y C son verdaderas, Z debe ser verdadera", repitió pensativamente la Tortuga. "¿Esa es otra Hipótesis, o no? Y, si no reconociera su veracidad, ¿podría aceptar A y B y C, y todavía no aceptar Z, o no?"

"Podría", admitió el cándido héroe, "aunque tal obstinación sería ciertamente fenomenal. Sin embargo, el evento es posible. De modo que debo pedirle que admita una Hipótesis más."

"Muy bien, estoy ansioso por admitirla, tan pronto como la haya anotado. La llamaremos 'D'. Si A y B y C son verdaderas, Z debe ser verdadera. ¿Lo ha registrado en su libreta de apuntes?"

"¡Lo he hecho!" exclamó gozosamente Aquiles, mientras guardaba el lápiz en su estuche. "¡Y por fin hemos llegado al final de esta carrera ideal! Ahora que ha aceptado A y B y C y D, por supuesto acepta Z."

"¿La acepto?" dijo la Tortuga inocentemente. "Dejémoslo completamente claro. Acepto A y B y C y D. Suponga que todavía me niego a aceptar Z."

"¡Entonces la Lógica le agarraría del cuello y le forzaría a hacerlo!", replicó triunfalmente Aquiles. "La Lógica le diría, '¡No se puede librar. Ahora que ha aceptado A y B y C y D, debe aceptar Z!' De modo que no tiene alternativa, Ud. ve."

"Cualquier cosa que la Lógica tenga a bien decirme merece ser anotada", dijo la Tortuga, "de modo que regístrela en su libro, por favor. La llamaremos
'E' Si A y B y C y D son verdaderas, Z debe ser verdadera. Hasta que haya admitido eso, por supuesto no necesito admitir Z. De modo que es un paso completamente necesario, ¿ve Ud.?"

"Ya veo", dijo Aquiles; y había un toque de tristeza en su tono de voz.

Aquí el narrador, que tenía urgentes negocios en el Banco, se vio obligado a dejar a la simpática pareja y no pasó por el lugar nuevamente hasta algunos meses después. Cuando lo hizo, Aquiles estaba aún sentado sobre el caparazón de la muy tolerante Tortuga y seguía escribiendo en su libreta de apuntes que parecía estar casi llena.

La Tortuga estaba diciendo, "¿ha anotado el último paso? Si no he perdido la cuenta, ese es el mil uno. Quedan varios millones más todavía. Y le importaría, como un favor personal, considerando el rompecabezas que este coloquio nuestro proveería los Lógicos del siglo XIX. ¿le importaría adoptar un retruécano que mi prima la Tortugacuática Artificial hará entonces y permitirse ser renombrado 'Aquiles el Sutiles'?"

"¡Como guste!", replicó el cansado guerrero con un triste tono de desesperanza en su voz, mientras sepultaba la cara entre sus manos. "Siempre que usted, por su parte, adopte un retruécano que la Tortugacuática Artificial nunca hizo y se permita renombrarse 'Tortuga Tortura".





Por Lewis Carroll (le admiro), no creo que le importe mucho que use este texto aquí.