Cierto artículo

Pues sí, ¡lo he encontrado! Me ha costado. Ese artículo que escribí parece ser que en 2º de ESO y que publicó mi profesora.
PLACERES
Jueves, 02 de Febrero de 2006 06:07
Por JUANITA
“El 60 % de los jóvenes pasa de la política. Siete de cada diez afirman que los políticos defienden únicamente sus intereses y los de su partido”.
Es una de las conclusiones del estudio realizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), en colaboración con el Instituto de la Juventud (INJUVE) y la Obra Social de Caja Madrid, sobre una muestra de jóvenes de edades comprendidas entre15 y 24 años.
El pasado lunes, 30 de enero, aniversario de la muerte de Gandhi y Día internacional de la Paz, pedí a los alumnos de 2º de ESO (14 y 15 años) que reflexionaran sobre el modo en que cada uno de ellos podía contribuir al pacifismo que defendió Gandhi. Ayer, miércoles, pusieron en común todas las reflexiones y eligieron la que consideraban más representativa del conjunto.
$_YO(‘firstname’), autor de la reflexión escogida, nos dice a los adultos lo siguiente: “¿Qué puedo hacer yo por la paz? ¿Tirar florecitas, gritar ¡viva la paz!, unir mis manos a las de otros y cantar, tumbarme sobre las vías del ferrocarril, quemar mi DNI, irme a África y hacer de misionero? Seamos realistas, yo, menor de edad, por la paz en el mundo no puedo hacer nada. Soy como una aguja; cuando te pincho, me doblas o me partes; mientras que a ti, la herida te desaparece muy pronto. Así que lo único que está en mi mano es no incitar a la violencia. Violencia que podemos encontrar en todos los lugares y en todas las épocas. La historia de la humanidad se basa en la lucha por sobrevivir y ocupar el poder aplastando a los que son más débiles.
Pero no sólo la lucha es violencia, también lo es la falta de civismo, la discriminación y el ejercicio de la política. En estas cuestiones me siento más impotente todavía. Por ejemplo, si hablamos de política, vemos que la única cosa en la que los políticos se ponen de acuerdo es en subirse el sueldo; el resto de su tiempo lo pasan peleándose y votando “sí” o “no” según las órdenes que reciban”.
La reflexión sigue unas líneas más en el mismo tono pesimista. Aunque no es en el tono en lo que quiero incidir hoy, sino en la coincidencia de las opiniones de este muchacho, refrendadas por el resto de la clase, con las que aparecen en el estudio de la FAD citado.
¿Será consciente la clase política de nuestro país de la forma en que les ven los jóvenes? ¿Aceptará alguien su responsabilidad en la configuración de esta imagen? Sería placentero poder decir que sí. El reconocimiento de un error es el primer paso para erradicarlo.
Mientras la ansiada erradicación llega, busco el placer compartiendo el pacifismo de otra alumna, JAIMITA, que escribe lo que sigue: “La verdadera paz empieza en uno mismo, en el modo en que nos comportamos en casa, en el instituto, en el grupo de amigos… Yo no puedo llevar la paz a todo el mundo; pero si estudio, respeto a los demás y al entorno en que vivo, soy buena compañera, ayudo en casa e intento estar alegre, llevaré paz a los que me rodean”.

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